1. Análisis proyecto_
Cedric Price, nacido en 1934 en la localidad de Stone Stanffordshire (Inglaterra), fue algo más que un arquitecto, un pensador, un diseñador. Muy avanzado en su época y obsesionado desde joven con el concepto de flexibilidad, Price tenía un concepto de arquitectura diferente, él proyectaba, no sólo enfrentándose a la realidad social de su época sino también centrándose en las nuevas tecnologías y en el diseño.
Su obra más destacada, el Fun Palace (Palacio de la diversión), fue proyectada, no construida. Price se une a la directora de teatro Joan Littlewood en 1961 para crear un edificio enfocado a fomentar la diversión de la sociedad londinense.
El proyecto contó con Gordon Pask, pionero de la cibernética, y diseñador del sistema de programación informático que facilitaría la continua transformación del edificio.
Un edificio cuyo principal objetivo era el de ofrecer un espacio de distracción al ciudadano, conteniendo varios usos, y en función de la demanda del usuario se programaban los eventos.
Una estructura permanente, una red de torres de acero apoyadas sobre una gran base horizontal, y una estructura móvil diseñada básicamente por andamios, pasarelas móviles, contenedores y puentes grúa. Un edificio concebido para ser desmontando en 10 años. Haciendo referencia así al concepto de arquitectura efímera.
Entendiéndolo no sólo como una enorme máquina condensadora de actividades sociales, sino también como un lugar de placer en el que el usuario fuera el único protagonista, un lugar en el que podía potenciar su personalidad, reactivar su energía y dar rienda suelta a nuestra fiel compañera, la imaginación.
2. Dibujo representativo_
1. Texto crítico_
En nuestro actual estado de crisis, ante la necesidad de nuevos puestos laborales, y con la economía del país en un estado crítico, el ciudadano entra en un nuevo estado de estrés, de preocupación, casi de pánico.
La idea de este proyecto es, no tratar de solucionar un problema casi global, sino a pequeña escala, revitalizar una zona de media-alta densidad de Madrid, en este caso el ámbito cercano a la Plaza de Olavide. Donde crearemos un espacio de relajación, un espacio virtual cosido al tejido urbano, en el que el ciudadano pueda tener un momento de reflexión, un momento en el que no se vea atado a la rutina, y en el que pueda desconectar.
Cuando hablamos de espacios virtuales análogamente hablamos de Cedric Price, y de su afición por los espacios cambiantes, por la flexibilidad y por su transformabilidad, que únicamente dependen de la participación activa del usuario y de sus demandas.
Price introdujo una concepción de arquitectura en la que veía al arquitecto como una mezcla de tecnólogo-sociólogo-diseñador, alguien que entendiese no sólo la situación de la sociedad, sino también sus intereses y hasta sus más profundos deseos. De ese modo, el daba pie a materializar esos pensamientos a través de la arquitectura, a liberar la mente del usuario y a darle un lugar donde poder encontrarse y aislarse de la sociedad.
En conclusión, la idea de condensar en un único edificio las peticiones del ciudadano es algo que requiere un estudio estricto sobre la situación del período en el que se vive, y hacer referencia a lo efímero como Price hacía en su “Fun Palace”, que no era más que una máquina de la diversión que se activaría en un determinado período, hasta que en la sociedad se originara otro cambio. Una máquina que se regía por el momento, por la demanda y por la ilusión del usuario.
“La arquitectura indeterminada, inestable y abierta, que crece o decrece como consecuencia de las actividades que se desarrollan en su interior."
Cedric Price.